2. El talante de cada comisión y lo que discutió o no discutió
La GC (1950-1951) discutió a fondo los restos óseos, cuestionando directamente la posibilidad de formar un esqueleto con los restos de varios individuos encontrados en el entierro. También cuestionó a fondo el procedimiento químico para medir la antigüedad del entierro a partir de la antigüedad de la placa de cobre ovalada por la oxidación que presentaba el metal; así como por la infiltración de cobre en los huesos (prueba de que placa y huesos habían permanecido juntos durante siglos). Ciertamente ambos cuestionamientos los llevó a cabo la GC de modo insuficiente; pero a diferencia de las otras dos CN sí se ocupó ex pro feso de discutir los estudios científicos respectivos. En la inteligencia de que dichos estudios eran tendientes a fundamentar la inviolabilidad de la tumba. Misma en la que Eulalia Guzmán (EG) enfatizara para validar la autenticidad del hallazgo. Es decir que la GC discutió dichos tres puntos con plena conciencia de su importancia para negar o denegar la autenticidad del entierro.
La tónica mantenida por la GC para caracterizar su propia tarea fue la de que se trataba de una labor puramente científica; mientras, al contrario, se refería a los trabajos de la Comisión del Banco de México (CBM) (los tres aludidos) como juego y como absurdo por ideológico nacionalista e indigenista.
La Comisión Bonfil (CB) (1976) ya no discutió ninguno de estos tópicos, dándolos por demostrados como inauténticos por la GC, no obstante que esta discutió insuficientemente los aludidos estudios científicos. La CB discutió solo los documentos escritos, profundizando la discusión para acusar de haberlos fabricado a Salvador Rodríguez Juárez (SRJ), en vez de a Florentino Juárez (FJ), su abuelo. También discutió la tradición oral, la excavación y el momoxtle (como se conoce la zona arqueológica precortesiana ubicada al sur en las afueras del pueblo de Ixcateopan que no había sido investigado ni discutido) y la iglesia (investigación perfeccionada por Sonia Lombardo).
Además, investigó dos cuestiones ideológicas o culturales. Una, la relativa a la ideología nacionalista de Vicente Riva Palacios (VRP) contextualizada entre mediados y fines del siglo XIX; y así mismo construyó la narrativa de un complemento de dicha ideología nacionalista: la narrativa acerca de la ideología nacionalista de la coyuntura 1949-1951, en vista de tildar de ideológica a EG y a la CBM; mientras validaba de científica a la CB, es decir a si misma, en acuerdo a la dicotomía althusseriana -en boga en el México de los 70 del siglo XX- entre ciencia e ideología, en el colmo de no ofrecer demostración ninguna acerca de la atribución de papeles respectiva: EG y CBM = ideología; CB = ciencia.
Así fue como el tanteo negacionista de la GC que calificaba de juego y de absurdo el trabajo científico de la CBM llegando a sugerirlo de no científico sino de sólo nacionalista y por defecto ideológico, pierde en la narrativa de la CB toda vacilación y tanteo, convirtiéndose en una tajante dicotomía formalizada epistemológicamente por Gaston Bachelard retomado por la escuela estructuralista neoestalinista de Louis Althusser. Es en la narrativa del estudio del contexto periodístico de 1949-1951 llevado a cabo por Alejandra Moreno Toscano, en donde más resalta este procedimiento dicotómico infundado, que caracteriza sin embargo todos y cada uno de los dictámenes de la CB. En todo caso es notable el progreso en este punto que media entre la labor de la GC y la CB: de tanteo y vacilación, transitamos al dictado sin fundamentación de una tajante dicotomía para autovalidarse dichas comisiones en su trabajo negacionista intentando invalidar a priori el trabajo científico de EG y de la CBM.
Por este camino, el carácter sesgado e ideológico del trabajo de la CB sufre un incremento respecto del de la GC; al tiempo en que la CB ya no se ocupa de discutir -como si lo hiciera la GC- ninguno de los trabajos científicos de la CBM que apoyaban la inviolabilidad del entierro enfatizado por EG. Es decir, ya no toca el punto para no crear inquietudes ni contradicción fundada; sino que hace como que la demostración de la GC fue completa. Es decir, no demuestra que fue completa -cual debería ser su trabajo-, sino que pretende que lo fue.
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