Si usted tuviera que diseñar una política para celebrar las fechas patrias, ¿qué ideas sugeriría?
-La manera en que se representan los actos deben ser creíbles para que logren transmitir sentimiento y emoción. Todavía utilizamos escenificaciones alejadas de la vida real: los chicos forman en fila, la maestra los dirige y todos miran hacia el mástil. Habría que lograr un ritual donde el comportamiento se adecue a las relaciones actuales. La señorita ahora es la seño y hace valer su autoridad en una forma menos rígida. La participación aparece como un valor positivo que, en cierta forma, reemplaza a la obediencia. Claro. Se fomenta que los chicos manejen la palabra, que hagan conocer sus inquietudes. Además, las fechas que se festejan pueden modificarse: me animo a pensar que para mucha gente hoy es más importante el 10 de diciembre -la recuperación de la democracia- que el 12 de octubre. Pero eso no se ve reflejado dentro de la institución escolar. Mi idea es que los chicos se apropien de los símbolos: se podría izar la bandera en distintas partes de la escuela o lograr que sea cuidada por cada grado en vez de por una autoridad central. ¿Por qué no hacer, también, una bandera en la propia escuela a partir de materiales que lleven los alumnos? Las opciones abundan, pero lo esencial es que los símbolos reflejen la idea de Patria que tenemos hoy y no la de cincuenta o cien años atrás.
Los actos escolares
Martha Amuchástegui, docente e investigadora de la carrera de Ciencias de la Educación de la UBA, estudió las distintas formas que adoptaron las celebraciones a través de la historia nacional. Autora de dos capítulos sobre el tema en la colección de Historia de la Educación en la Argentina, dirigida por Adriana Puiggrós, asegura que sería saludable modernizar el ritual de los actos y adecuarlos al país real que viven los alumnos.
ENTREVISTA CONCEDIDA AL DIARIO "RIO NEGRO ONLINE" POR MARTHA AMUCHASTEGUI
Desde hace unos 150 años las escuelas argentinas conmemoran las fechas patrias y recuerdan a los próceres con actos escolares que repiten un ritual "casi sagrado" que ni padres ni maestros se atreven a alterar, aunque en lo que los rituales tienen de particular como una expresión de símbolo de creencia social, están cambiando
La investigadora y especialista en educación Marta Amuchástegui explicó que a través de los actos escolares "se sostiene la tradición" y los maestros buscan "formar la conciencia cívica y transmitir el amor a la patria". Esta es una de las razones por la que año tras año maestros y alumnos repiten cada 25 de mayo, 20 de junio, 9 de julio, 17 de agosto y 12 de octubre una ceremonia tradicional, que "mezcla elementos religiosos con militares" en la que la bandera y el himno son los protagonistas principales. Sin embargo, en algunas escuelas comenzaron a introducirse cambios.
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