Contacto en Italia Autor Cynthia Rodríguez Edición noviembre 2009 editorial debate El pacto entre Los Zetas y



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6 Contacto en Nueva York


El 6 de febrero de 2008, a las 5:13 de la tarde (hora de Italia), Pasquale Schirripa,1 entonces de 62 años, recibió una llamada de uno de sus dos hijos que vivían en Estados Unidos. Era Giulio2 quien le hablaba desde Nueva York para preguntarle si ya estaba todo listo para el envío acordado.
Las instrucciones eran precisas en apariencia. Para ese día Pas— quale ya debía tener una cuenta en el banco italiano Monte dei Paschi, para que Giulio, desde la sucursal estadounidense Manhattan Banca dei Paschi, ubicada en la calle 59, casi esquina con Park Avenue, pudiera recibir el dinero que supuestamente su padre le enviaría desde Italia.
Tenía que ser un depósito con cheque, pues esta vez no se quería arriesgar con una transferencia online, ya que temía que ci dinero pudiera tardar más tiempo y a él le urgía recibirlo.
Había elegido esa sucursal bancaria por una razón muy sim— Pasquale Schirripa nació en Gioiosa lonica el 29 de abril de 1946. Es esposo de
Teresa Roccisano y padre de Vincenzo, Anna Maria y Giulio Schirripa.
2 Giulio Schirripa nació en Marina di Gioiosa Tonica el 12 de febrero de 1971.
Es el hermano menor del clan Schirripa, hijo de Pasquale Schirripa y Teresa RocCisano
El nombre completo de la institución es Banca Monte dei Paschi di Siena y se fundó en 1472. Comenzó como monte de piedad precisamente en la ciudad de Siena, en Toscana. Es considerada la banca más antigua del mundo.

pie: Stacy, su mujer, tenía una amiga que trabajaba ahí, lo que facilitaba las cosas y le aseguraba que el dinero llegara a su desea no final.

La familia Schirripa, originaria de Calabria, era investigad por autoridades norteamericanas e italianas desde 1990, año en c parte de sus miembros se fueron a vivir a Estados Unidos Gra a las investigaciones de ambos países, sabían que los Schirripa dedicaban al tráfico de cocaína desde Estados Unidos, en particu lar desde Nueva York, hacia su país de origen.
Que los Schirripa estuvieran en negocios relacionados con narcotráfico no era un dato nuevo para la DEA ni para los carat neros y menos para la Procuraduría de Calabria. Por eso precisa mente mantenían vigilados especialmente a los dos hermanos vivían en Nueva York: Giulio y Vincenzo.
Gracias a investigaciones anteriores, se sabía que, como mien bros de una familia ligada a la ‘Ndrangheta que habían emigrado América, trataban desde hace mucho tiempo con los sudameri nos desde Estados Unidos para la compra de cocaína.
Estaba documentado por la DEA que cada mes Giulio compraba cantidades de esta droga que iban de los cinco a ios 10 kilos máximo a diferentes distribuidores de Centro y Sudamérica ubica dos en Nueva York. Después los enviaba a Calabria en paquetes pos- tales o con diversas personas que servían como correo humano.
A pesar de que tenía muchos años en ese negocio, esa famiL no era la más poderosa de su pueblo, Marina di Gioiosa lonica (d, Jonica), una localidad a orillas del mar Jónico perteneciente a la provincia de Reggio Calabria que cuenta con 6500 habitantes y con 42 por ciento de su población en el desempleo.
Stacey Theresa Minlionica Margolies nació en Estados Unidos el 7 de marzo de 1962. Ha sido identificada como la pareja de Giulio Schirripa. 9
Vincenzo Schirripa nació en Loen el 31 de marzo de 1966. Es el hermano mayor del clan Schirripa, hijo de Pasquale Schirripa y Teresa Roccisano.

En esa zona, donde se tienen registros de que el crimen organizado ya existía desde la primera mitad del siglo pasado con delitos como robo y extOrsiofles,6 actualmente las familias más poderosas sofl las pertenecientes a los clanes Mazzaferro, Jerino, ColuccioAquino y los de los Ursino—Macrí, particularmente activas en el tráfico de estupefacientes.


Un informe sobre la criminalidad mafiosa en Calabria, elaborado por el Departamento de Operaciones Especiales de los Carabineros en 2007, señala que los clanes de la provincia de Reggio Calabria y miembros de otras organizaciones criminales “manejan sus negocios con una óptica de cártel internacional”.
Las autoridades tenían un especial interés en los Schirripa porque querían saber quién o quiénes estaban verdaderamente detrás de ellos, por lo que desde 2005 también comenzaron a grabar sus conversaciones.
En Nueva York, a la par que se investigaba a los Schirripa, se investigaba al grupo de narcotraficantes que les suministraba drogas. En especial un grupo liderado por el ecuatoriano Luis Calderón,8 alias el Tío, quien, según las investigaciones, desde mucho antes mantenía contacto continuo con Pasquale Schirripa y era, además, quien organizaba los correos de personas (casi siempre mujeres) para enviar la droga desde Estados Unidos. Las autoridades tienen
6 Nicola Gratteni y Antonio Nicaso, Hermanos de sangre, Luigi Pellegrini Editore,
2006 (en italiano).
La ley italiana contempla la intervención de llamadas telefónicas desde 1931. En 1989 se adecuó la ley para poderlas utilizar como parte de los procesos acusatorios. A mediados de 2009 se sugirieron importantes cambios, entre los que destacan la reducción del tiempo para intervenir las llamadas de cualquier persona y la publicación de las mismas. Al momento de terminar este trabajo, las enmiendas no habían sido aprobadas
8 Luis Calderón, conocido como el Tío, nació en Ecuador el 7 de mayo de 1948; vivía clandestinamente en Estados Unidos. Está identificado como uno de los distribuidores de cocaína de los Schirripa. El 30 de abril fue detenido por la policía de Nueva York, junto con Otro narcotraficante colombiano, residente de Queens, Nueva York.

información de que en esos viajes de personas que transportaban cocaína habría participado —por sugerencia de el Tío— la madre de Giulio, una señora de 61 años llamada Teresa.


Por su parte, en ese tiempo Giulio combinaba negocios de narcotráfico con el manejo de una pizzerÍa en Nueva York (luego se sabría que era un negocio pantalla). Frecuentemente hacía via-, jes trasatlánticos, sólo en 2006 se tienen documentados nuevej viajes que realizó de Estados Unidos a Italia que le servían parai traficar estupefacientes. Así como llegaba, la droga era repartida1 a miembros de otras ‘ndrinas o clanes, especialmente de Sider-. no, de Locri, de Gioiosa lonica y de Marina di Gioiosa lonica, . poblados que se ubican en una región conocida también como la Locride.
Entre abril de 2005 y abril de 2006 hubo varias las transacciones de dinero en las que Giulio estuvo involucrado. Los depósitos . se los hacían diversas personas desde Italia, para que los cobrara en Estados Unidos y así poder continuar con el negocio. En particu- lar destacan tres operaciones. Las más importantes de todo ese año suman casi 60000 dólares para el pago de los diferentes envíos de cocaína por parte de miembros de los clanes mencionados.
Agentes de la Dirección Distrital Antimafia, que documenta— han todas las actividades de Giulio Schirripa, permitían que éste continuara como si nada porque se habían dado cuenta de que había comenzado a tener problemas de deudas con aquellos que le depositaban el dinero a cambio de que él les llevara la droga.
Es entonces cuando Giulio intenta obtener más financiamiento a través de dos personajes: Giuseppe Sansottal (quien a través de seis depósitos bancarios le dio 23347 dólares) y Pasquale Pugliesehl
Teresa Roccisano nació en Marina di Gioiosa lonica el 6 de marzo de 1948. Es esposa de Pasquale Schirripa y madre de Vincenzo, Anna Maria y Giulio Schirripa.
Giuseppe Sansotta nació en Marina di Gioiosa lonica el 21 de agosto de 1960.
‘ Pasquale Pugliese nació en Siderno el 17 de julio de 1976.

(quien en una sola entrega le dio 18000 dólares), para no detener la compra de cocaína en Nueva York y al mismo tiempo continuar con el narcotráfico en Calabria.


Sin embargo, el hecho de que Giulio —que para entonces había logrado cierta independencia económica de su familia— tuviera un antecedente de impuntualidad en sus entregas, bastó para que la gente de la Locride lo considerara como “no confiable”. Entonces, no tuvo más remedio que volver a pedir la ayuda del padre.
Nadie imaginaba que justo aquí, en una conversación familiar, comenzarían a documentar por primera vez la relación entre dos importantísimos grupos criminales a nivel mundial: la ‘Ndrangheta de Italia y el cártel del Golfo de México.
Entre las miles de conversaciones intervenidas con las que contaba la DEA, las que se realizaron justo el 6 de febrero de 2008 llamaron especialmente la atención.
Ésta es una parte de la conversación que Giulio tuvo con su padre ese día:
Giulio: ¿Ya fuiste al banco?
Pasquale: ¿A cuál banco? No, no he ido a ninguno, ¿qué sucede?
Giulio: ¿No has ido al banco que te dije?
Pasquale: No, no he tenido tiempo, ¿cuál banco es Giu [Giuho]? No sé.
Giulio: Monte dei Paschi.
Pasquale: ¿Y qué quieres que haga?
Giulio: Es que dice que con el otro se puede mandar el dinero sólo online, papá, online no es bueno.
Pasquale: ¿Por qué no es bueno?
Giulio: No, porque así puede llegar dividido este maldito dinero.

Pasquale: ¿Y con este banco cómo se manda?

Giulio: Aquí está su amiga que trabaja en el Manhattan L, ca dei Paschi, está adentro, ¿entiendes? Es una amiga suya que baja ahí.
Pasquale: Pero si yo no tengo book (cuenta), no tengo nad
Giulio: Pero debes abrir tú la cuenta.
Pasquale: ¿Y cómo la abro? No sé.
Giulio: Debes entrar al banco y preguntas si la puedes ter si ellos hacen internacionales [transferencias], se dicen así, int nacionales, y les dices que hay un poco de dinero que me del enviar a Nueva York.
Pasquale: No, no, hoy no he tenido tiempo, no sé qué suc dió pero nosotros habíamos quedado en que las cosas eran dii rentes y ahora.
Giulio: Dicen que a partir de 2008 cambiaron [la manera hacer transferencias], ya no se puede hacer de la otra manera... ya me dijo que te enviaron 40 (serían 40000 dólares).
Pasquale: ¿Cómo 40?
Giulio: 40 dijo que te los envió ya.
Pasquale: 40 no, 30.
Giulio: A mí me dijo 40.
Pasquale: Yo les dije que 30, ahora cuánto dinero quedó, deben mandar ios pendejos.
Giulio: Eso sí no lo sé, ella me dijo que 40000.
Pasquale: Y 48 es todo lo que hay. Yo les había dicho de ma dar 30 con los cheques, pero yo no puedo hacer porque los ch ques me cuestan mucho dinero para cambiarlos acá, ¿me er qué te quiero decir?
Giulio: Sí, que te cuesta mucho dinero.
Pasquale: Sí, se paga el cambio del dólar y después se que debes esperar 15 días para que lleguen los cheques de Amé rica y es de ahí que le mandan el dinero a ella, la banca no m lo cambia.

Giulio: Ah, ya entendí qué me estás diciendo.
Pasquale: La banca dice que te los puede sólo depositar y cuando el dinero llega tú vienes a retirarlo.., por eso fui a esta agencia que me lo cambia, “DA RUE”; el otro día que necesitaba fui y les hice un cheque por 1 000 dólares y ni siquiera me dieron 600 euros.
Giulio: Ahora el cambió está así, papá.
Pasquale: Pero ella (la de la agencia) te cobra más del cambio, porque te hace pagar el servicio que hace, que espera 15 días, una vez que el dinero ya fue y vino, porque ella debe mandar el cheque al banco de Nueva York.
Giulio: Y ahora que te los mande a hacer de estos 30000

dólares.

Después de la conversación entre Giulio y su padre, donde se nota claramente los problemas que tenían de dinero, y que además estaban sufriendo el tipo de cambio entre dólares y euros, vino otra con su madre: Teresa Roccisano.
Eran las 5:35 y la conversación comenzó a dar sus primeros frutos. De los saludos normales entre madre e hijo, a contarse sobre sus últimas actividades, fueron, como se dice, al grano, y comenzaron a hablar de negocios.
Teresa: Giu...
Giulio: Eh, mamma.
Teresa: ¿Cómo andamos?
Giulio: Aquí, mamá.
Teresa: Yo acabo de regresar, fui a recoger...
Giulio: ¿Dónde fuiste?
Teresa: Aquí con Anna, a Siderno, es que tenía el refresco que la tía Mela quería y la acompañé, ¿y tú?
Giulio: Yo aquí, mamá, y nada, todavía estoy aquí.
Teresa: Pero ¿no te llamó ninguno ayer en la noche?

qi


Giulio: Todavía no, mamá.
Teresa: ¿Y piensas que te pueda llamar alguien hoy?
Giulio: Me llama por llamar, pero si ustedes dicen que despu sucede esta cosa, lo que pasó con Vici [Vincenzo], yo no sé ento ces qué es lo que ustedes quieren que yo haga.
Teresa: ¿Le explicaste a tu padre? ¿Ya se lo dijiste a tu papá?
Giulio: No, no le he dicho nada.
Teresa: Ah, ¿no le has dicho nada?
Giulio: Ustedes ya lo saben, yo te dije a ti cómo está toda historia, y si ustedes piensan que se puede hacer, yo lo hago, y ustedes piensan que no se puede hacer, entonces no sé... ahí don de trabaja él lo saben, y saben también su historia, qué quieres qut te diga.
Teresa: ¿Y no puedes venir de otra manera?, ¿no tienes nada?
Giulio: Tengo que ver si puedo agarrar dos o tres nuevos... los puedo tener hoy, los agarro, pero siempre, como ya te dije, mi regreso y me quedo por allá de dos a tres meses, mamá...
Teresa: ¿También por esto tan poco?
Giulio: Si no tengo, escucha, no tengo más y ustedes h saben.
Teresa: Lo sé, Giulio, lo sé, bueno, habla con tu padre, ciao, ciao
Giulio, quien manejaba el negocio de la droga para los Schirripa, estaba por conseguir más cocaína pero no tenía dinero para1 pagar los encargos que había hecho. A esto se sumaban las deudas que tenía con integrantes de varias coscas calabresas.
Eso fue lo que le explicó a su madre en la conversación, entonces ella le recomendó que le pidiera ayuda al líder de la familia, es decir, a Pasquale Schirripa, su esposo.
Giulio le hablaría nuevamente a su madre más tarde ese mis— mo día para decirle que encontraría a uno de sus nuevos distribuidores.

Al día siguiente, el 7 de febrero, Giulio vuelve a hablar con Teresa para contarle sobre el éxito de su encuentro, que había conseguido lo que quería y que por lo tanto viajaría a Italia.


Teresa: ¿Hay novedad? ¿Alguna cosa?
Giulio: No, nada.
Teresa: Nada, nada.
Giu lío: Tengo dos, tres puertas abiertas, ahora veamos cuál se abre primero.., si se abre, se abre, si no, agarro mis cosas y me regreso, mamá, no se preocupen de esto.
Teresa: Ok, Giulio, está bien.
Giulio: Tú ya sabes cómo están las cosas acá, es inútil que discutamos.
En esa conversación se hablaba también de Pasquale Pugliese, quien había visitado a Teresa la noche anterior para decirle que él, por su parte, estaba juntando dinero en espera de la llegada de Giulio. Ese dinero serviría también (según pudo entender la policía en llamadas posteriores) para pagar las deudas que tenía el hijo menor de los Schirripa con la gente identificada como “de la Montaña” y “de la Plana”, quienes para ese momento no dejaban de presionar a la familia.
Giulio: ¿Y el otro no ha ido?
Teresa: ¿Quién? ¿Pasqualino?
Giulio: Sí.
Teresa: Yo le hablé y vino la otra noche, pero él siempre habla de 20, que si encuentra 20 o 30, y dice que podría encontrar más personas, y siempre pelea. Vino a decirnos que las cosas van mal.
Giulio: Yo sé que van mal.
Teresa: No, pero primero iban mal de una manera, ahora están mal de otra... y Pasquale [Pugliese] vino a decirlo, no es que lo

haya dicho así, vino y me dijo que quería hablar con mi marid4 después se encontró con papá, hablaron y le dijo que la cosa muy delicada, delicada con los de la Montaña, con los de la fari ha Rocchiceiu,12 que ya ni siquiera pueden hablar y que ya no pu den más, que ellos a nosotros nos pueden atacar y disolver... y y no tuve otra que decirle: Pasquale, nosotros aquí estamos.


Giulio: Si se despierta cualquier cosa, se los digo, cualqui cosa agarro, pero no sé cuándo y no les puedo dar una fecha, ped díganle que en 10 días... yo, mamá, tengo que ver cómo le ha se me caducaron todas las cosas.
Teresa estaba tan preocupada que le dice a su hijo que le hablar esa misma noche a su hermano, el tío Vincenzo, para que sirvi de intermediario con los Rocchiceiu, quienes a través de Pasqua le Pugliese también estaban inmersos en los negocios de cocaína de ahí la presión que se ejercía desde varios frentes a los Schiri
Al día siguiente, el 8 de febrero, Giulio le vuelve a comenta a su madre por teléfono que estaba tratando de conseguir cocaí, na a crédito, pero que tenía problemas en cuanto al costo, pues.. diferencia de las anteriores adquisiciones, las nuevas habían subi, do un poco de precio.
Al contado, cada kilo de cocaína era pagada en las calles dc Nueva York a 28000 dólares. Pero si Giulio quería un “financia-j miento , entonces por cada kilo tendria que pagar hasta 30000 dólares.
Aquí reproducimos una parte de esa conversación del 8 de febrero de 2008 a las 4:09 de la tarde (hora de Italia).
Teresa: Ahora llamó tu hermano Vice [Vincenzo Schirripa].
Giulio: Sí, y ¿qué quiere?

Teresa: Lo de siempre, que Pasquahino, que esta semana, que 0tras dos semanas ya pasaron.
Giulio: Y pasarán todavía.
Teresa: Y pasan los años, hijo, han pasado la vida destruida, de frente a la pared como Jesucristo cuando lo crucificaron... pero ¿qué más, qué se dice?
Giulio: Siempre lo mismo, aquí nada cambia.
Teresa: Tu tío vino ayer, pero amargo, ¿eh?
Giulio: Y también tú lo sabes, que de esta manera, mamá, no pienses que es fácil.., aquí hablan de números, números locos, mamá. Están hablando de 29, hablan de 30, ves que están hablando de números acá, porque no tenemos nada, ¿me entiendes? Y sobre estos precios, con estos precios va a buscar también él, a mí, que la última entrega me la había cerrado en 28. Los cuatro que me vino a dejar aquí a la casa me los había dejado en 28.
Teresa: Pasqualino acaba de venir, estuvo con tu padre una hora y media.
Giulio: Habla, habla, habla y no habla, ésta es la situación.
Teresa: Pero este tanto hablar que dice él no lo entiendo, porque con él son sólo palabras y nada de hechos, ya van 15 días que va y viene, pero no va ni regresa ninguno.
Giulio: Es dificil aquí también, no se trata de que llegues un día y hagas una cosa en un día, no se hace en un día y los tiempos aquí están feos, aquí también, feos, feos, feos.
Teresa: Sí, hijo.
Giulio: Ayer dieron el último golpe acá, 70 personas.
Teresa: Sí, sí, lo vi.
Giulio: ¿Viste entonces a quiénes agarraron?
Teresa: Sí.
Giulio: Ok, pues así como aprietan, aprietan en todas partes.
Teresa: Aprietan a todos así, hijo.
Giulio: Yo ya no estoy saliendo, ma, porque además, a donde

12 En toda la investigación, ésta es la única mención de esta familia.

VOY me buscan (se refería a sus acreedores), como ese Romanel que si me lo encuentro en cualquier calle es pleito seguro, y me dijeron que me viene a buscar porque está enojado porque e agosto le teníamos que dar algo y ya es febrero.
El 7 de febrero, en un operativo, que no tenía nada que ver coi Solare, agentes de la Dirección Distrital Antimafia de Palermo, e colaboración con el FBI, detuvieron a 30 personas en Nueva Yorj por los delitos de homicidio, asociación mafiosa y extorsión. Co el operativo llamado Old Bridge se destapó otra red y se golpeaba duramente a la Cosa Nostra americana. Esta agrupación mantenía desde hacía tiempo los lazos entre Nueva York y Palermo. Eso era lo que quizá le preocupaba a Giulio Schirripa, ya que después, gra-. cias a otras conversaciones intervenidas, se supo que los hermanos Schirripa estaban endeudados precisamente con los sicilianos.
El capitán del ROS del cuerpo de Carabineros y responsable del Operativo Solare, Massimiliano D’Angeloantonio, explica que a partir de ese momento las intervenciones telefónicas se extendieron a más miembros de la familia, pues la desesperación de Giulio por conseguir dinero era un indicativo de que algo estaba por ocurrir.
Entonces se empezaron a intervenir todas las llamadas que hacía Teresa Roccisano, Pasquale Schirripa y Anna Maria Schirripa,13 la hermana que había nacido entre Vincenzo y Giulio. “De esta manera teníamos la posibilidad de interceptar todas las llamadas que de Italia salían a estos celulares, es decir, a Estados Unidos”, explica D’Angeloantonio. Al mismo tiempo se intervinieron las llamadas del celular de Giulio Schirripa con el apoyo de las autoridades americanas.
La noche del mismo 8 de febrero, Teresa Roccisano platicaba con el otro hijo, Vincenzo, sobre la deuda que ambos herma Ann Maria Schirripa nació en Locri el 9 de agosto de 1972. Es hija de Pasquale Schirripa y Teresa Roccisano, es la hermana intermedia entre Vincenzo y Giulio.

s tenían con los sicilianos en Estados Unidos. Les debían 50000 lares. Ese dinero había servido a Giulio como anticipo de una ,rtida de cocaína.


Vinceflzo había garantizado a los sicilianos solvencia inmediata por parte de sus familiares. Ahora lo presionaban cada vez más porque no habían podido pagar esa deuda que día a día iba creciendo a causa de los intereses, mismos que Giulio no había tomado en cuenta.
En otra conversación entre Vincenzo Schirripa con su padre, el mismo día pero más tarde (21:27 horas), sale a relucir que a los sicilianos les pagaba 1 500 dólares semanales sólo por los intereses del préstamo que les habían hecho. El hombre de 42 años que sus padres llaman siempre Vinci estaba desesperado, y en esa conversación se muestra arrepentido por haber sido él quien garantizara el pago de los 50000 dólares, pues estaba consciente de los problemas que esa deuda le acarreaba. Al padre le contaba todo para que él asumiera, al menos, el pago de los intereses.
Vincenzo: Papá, yo estoy pagando 1 500 dólares a la semana.
Pasquale: Lo sé.
Vincenzo: Yo ni siquiera quería agarrar el dinero (los 50000 dólares) y habíamos quedado que en tres meses y ya se fueron a cuatro, más otras tres, cuatro semanas, y ya les dije que contigo no hago negocios para estas cosas, y yo te los di sin intereses por cuatro meses.
Pasquale: Yo no sé.
Vincenzo: Y cuatro meses de intereses, si tú hubieras tenido que pagar, ¿sabes cuánto era?
Pasquale: Sí lo sé.
Vincenzo: Treinta mil dólares.
Pasquale: Lo sé.
Vincenzo: Y a Giulio le parece que son migajas, le parece que

son nada, que no es nada, pero la gente no te da 50000 dólarc sin nada... y yo no puedo ir al banco para sacar 1 500 dólares caj semana.


Pasquale: Pero yo tampoco los puedo pagar, sé cuál es el pn blema, porque si él dice que lo pago yo y después no le paga, ¿po qué yo debo ver cómo hacerle para restituirte a ti el dinero?, por que yo tampoco puedo pagar 1 500 dólares cada semana.
Vincenzo: Sí, pero el hecho que él [Giulio] no entiende, es qn si no paga y las semanas pasan, la cifra sube a 10000 dólares y y veo que las semanas pasan y se necesitan pagar los intereses po él, después no tiene dinero y ¿yo qué hago? No entiendo cómo. cómo me fui a enredar en esto.
Pasquale: Vice... aquí no es que te hayas enredado tú, nos enre damos todos.
Vincenzo: No, no están enredados todos, porque la responsabi. lidad del dinero la tomé yo, y yo debo responder por esos 50 ( dólares.
Pasadas las 22:02 horas, Teresa Roccisano llama a su hija Anna Maria para contarle sobre el caso de los sicilianos. Con la hija se queja amargamente de que Vincenzo presionaba al padre para pasarle la responsabilidad de pagar los intereses semanales, pero también se queja de que Vincenzo no vela por su hermano menor, 1 quien vivía en el popular barrio de Corona.’
“Vice no sabe que su hermano no come desde hace tres días, pero él no pregunta por esto, sólo habla de intereses, de dónde está
14 El barrio de Corona es uno de los más habitados de Nueva York, sobre todo por inmigrantes. Aunque anteriormente los ciudadanos con nacionalidad italiana eran los que destacaban en la zona, desde la década de 1990 la mayoría de su población es hispana, sobresaliendo los dominicanos, guatemaltecos, colombianos, bolivianos, peruanos, ecuatorianos y, por supuesto, mexicanos. Todos comparten el territorio con ciudadanos identificados como italoamericanos, africoamericanos y asiaticoamerica— nos, quienes ya tenían más tiempo asentados ahí.

su dinero, éstas son sus palabras, para nada dice voy a ver a mi herman 0 que está solo, voy a ir a Corona para ver dónde está, para ver si no lo han matado, si está vivo... Sólo dice que lo están buscando los sicilianos”, señalaba Teresa a su hija en una llamada de aproximadamente tres minutos.


En los días sucesivos, cada preocupación de la familia es comunicada tanto a Anna Maria, la hija, como a Melina Roccisano, la hermana. Con ellas Teresa se desahoga de los problemas del clan y de la presión con la que vive Pasquale, el padre, a causa de la mala racha por la que pasan los hijos en Estados Unidos.
El 10 de febrero a las 17:24 horas Giulio, quien para ese momento ya no tenía dinero ni para la gasolina (según él mismo le cuenta a Teresa), vuelve a telefonear a su madre para contarle sobre la necesidad inmediata que tiene de conseguir al menos 100000 dólares para financiar un encargo de cocaína. La buena noticia, según él era que por esa cantidad conseguiría hasta cinco kilos, con los que pensaba comenzar a pagar algunas deudas, tanto en Estados Unidos como en Italia.
Después de quejarse con la madre de estar mal físicamente y de tener dinero para nada —razón por la cual tampoco puede salir—, además se siente perseguido. Teresa lo mantiene al tanto de las constantes visitas que ha hecho en los últimos días Pasquale Pugliese para saber si ya tenían “su encargo”.
En esta conversación las autoridades se dan cuenta de que la droga que llegaba a manos de Pugliese aumentaba en automático a 30000 dólares por kilo, como mínimo, por lo que Giuho le pide a la madre buscarlo para que le preste la suma que él necesitaba.
Giulio: Si llama este muchacho le dices: mira, mi hijo así, así y así, mira, ayúdalo un poco y salen los dos de esta... sabes que para él 100000 dólares no es nada, cero.

CONTACTO EN NUEVA YORK


Teresa: Mmm, veo cómo le hago para que Pasqualeto y para acá.
Giulio: No es que le estemos quitando nada, el problema fue que fue, yo acá estoy parado y de tiempo ni para atrás ni para a lante, tenemos los tiempos a punto de acabarse, tenemos todas 1 cosas, así que dile que si quiere trabajar, trabajimos, y si no quiei trabajar, le dices: está bien, entonces espera tú como los otros y ci
Teresa: ¿Pero ahora allá no te dan crédito?
Giulio: ¿Eh?
Teresa: ¿Si compras no te dan crédito?
Giulio: Sí, cualquier cosa te dan, pero debes comprar, por ey pb, si pides cinco al menos debes pagar dos... lo mismo si s& quieres comprar dos, pero tampoco quiero hacerlo así, porque lo hago así, yo qué sé si luego sucede alguna desgracia.
Según las investigaciones, Giulio le deja ver a la madre la con veniencia del precio del euro frente al dólar; por ese lado cree qu podrían tener un poco de suerte al poder conseguir más droga el préstamo le llegara en euros.
Más tarde, Anna Maria llama a su madre para saber cómo var las cosas. Sus pláticas versan básicamente sobre lo mismo: la pre ocupación de que en ese momento Giulio estaba tomando med camentos para un dolor nunca especificado, sobre el baño que debe hacer Anna Maria a su hijo, pero sobre todo, siguen comen- tando la falta de solvencia del menor de los Schirripa.
En varias conversaciones sucesivas en las que interviener madre e hija, a los agentes ya no les queda duda del papel absolu— tamente activo que tenían estas dos mujeres en la dinámica de la familia. Ambas son las que mantienen informado al clan de cada paso. Son además quienes organizan encuentros y visitan a más personajes con el fin de ayudar a Giulio y Vincenzo a salir de sus problemas.

CONTACTO EN NUEVA YORK


Las funciones de cada integrante de la familia se fueron conociendo a lo largo de los casi ocho meses que llevaba el Operativo Solare, antes de que se dieran los resultados del Proyecto Reconing.
De acuerdo con las investigaciones, cuando Giulio debía mandar un mensaje reservado —a Pasquale Pugliese o a Giuseppe SansOta lo hacía a través de Anna Maria, quien no tenía antecedentes y no provocaba sospechas.
Desde los primeros meses de las averiguaciones quedó claro que Giulio era el encargado de encontrar los canales de compra del estupefaciente y Vincenzo, a pesar de ser el hermano mayor, era su brazo derecho.
Por su parte, Stacy, la novia de Giulio, era quien se dedicaba a ver los aspectos logísticos para el transporte de la droga. Por otro lado, tenía un trabajo normal en una empresa, lo que le ayudaba, como el caso de Anna Maria, a no generar sospechas. “Ella manejaba la comunicación en internet, iba a los cal! centers para llamar a los contactos, en fin, un tiempo fue la menos seguida. Con frecuencia sucede que los traficantes hacen uso de personas aparentemente inocentes —de las que no se puede sospechar— para comunicar, llevar mensajes y hacer su actividad”, asegura el capitán del ROS.
Por su parte, Pasquale, el capo de la familia, tenía un papel cien por ciento operativo. Junto con su esposa estuvo asentado en Estados Unidos durante dos décadas; para ese momento llevaba ya tres años de haber regresado a su ciudad natal, tras una investigación por la relación que tenía con Luis Calderón, el Tío. Pasquale recibía todos los envíos de Estados Unidos y, una vez que los tenía en Marina di Gioiosa lonica, se encargaba de distribuir el estupefaciente.
D’Angeloantonio afirma que los Schirripa tenían vínculos lo mismo con la parte jónica, donde operaba Giuseppe Sansota, que con la parte tirrénica, donde actúan otras organizaciones ‘ndra hetistas, especialmente en Polístena, Gioia Tauro y Palmi.
En las actividades que desempeñaba cada integrante de familia, son de destacar aquellas que llevaban a cabo las mu res, pues —de acuerdo con los investigadores de los fenómei mafiosos en Italia— en los últimos 30 años han sufrido una ‘ç dadera transformación, especialmente dentro de la Cosa No.s y la ‘Ndrangheta.
D’Angeloantonio explica:
Las conversaciones de Teresa Schirripa son emblemáticas. En eL, se nota que es una mujer fuerte, que ha estado en el medio dura te muchos años y que lo conoce. Sabe muy bien de las relaciones q Giulio tenía en Estados Unidos; ella misma había estado allá. Según I investigaciones norteamericanas, en el pasado estuvo involucrada cc Luis Calderón, siempre en el narcotráfico. Asumía un papel comp1 tamente activo y tenía una implicación total en las tareas de los hijo
Michele Prestipinol5, procurador adjunto de la Procura Antimafia de Reggio Calabria y encargado de la parte tirrénid desde noviembre de 2008, explica la función que desempeñan mujeres dentro de las familias mafiosas, en especial de la ‘Ndranglu Dice que primero es necesario distinguir entre el cargo que tienen interior de las propias familias de sangre y, cuando hay coincidenc de que sea una familia mafiosa, el que tienen al exterior.
En Italia hay una falsa idea sobre las mujeres del sur, porque norma
mente se piensa que están sometidas. Esto es sólo una apariencia por
15 Michele Prestipino entró en la magistratura italiana en 1984 y durante 1.. años fue integrante de la Dirección Distrital Antimafia de Palermo. Entre sus prink cipales investigaciones se encuentran todas las relacionadas con el llamado sistema Provenzano, con las cuales se pudo arrestar finalmente al capo de la Cosa Nostra el 11 de abril de 2006.

que al interior de sus propias casas son las mujeres quienes detentan el poder, son quienes le dan cohesión a la familia, quienes la mantienen unida; más aun si pensamos en familias mafiosas, ya sea en el ámbito de la Cosa Nostra o en el de la ‘Ndrangheta.


Para la investigadora Ombretta Ingrascí,16 la intervención de las mujeres en la esfera criminal comenzó en la segunda mitad de la década de 1970, en correspondencia con el crecimiento de las mafias en el tráfico internacional de estupefacientes y con la necesidad de reinvertir los capitales ilegalmente acumulados cuando comenzaban a sentir la presión del Estado.
Históricamente a la mujer se le ha confiado la tarea de transmitir el código cultural mafioso, de incitar a los hombres a cumplir con la venganza, de cuidar y garantizar la reputación de sus hombres y de ser al mismo tiempo mercancía de cambio en la política matrimonial en el interior de los clanes. Todas esas funciones han contribuido a fortalecer la estructura social del sistema mafioso, favoreciendo al mismo tiempo la sobrevivencia de éste a pesar de las condenas

penales.17

La inclusión de las mujeres también se debe a que

la acción represiva del Estado ha separado a muchas familias, de tal forma que aquellas responsabilidades que eran primero de los hombres hoy son de las mujeres. En el último año en Reggio Calabria, las investigaciones revelan que son las mujeres de las familias las que van a la cárcel, porque son ellas quienes asumen el mando una vez que los hombres han sido detenidos.


16 Ombretta Ingrascí, Mujeres de honor. Historias de mafia al femenino, Mondadori,
2007 (en italiano).
Así lo señala el magistrado Prestipino desde su oficina’ Reggio Calabria, un día después de que la policía aprehen a seis mujeres en la pequeña comunidad de Seminara.18 Ellas f gían como jefas de la familia Gioffré sustituyendo a sus maria quienes habían sido capturados hace mucho tiempo.
Existe otra labor que ejercen las mujeres y que muchas ve no se valora en su justa dimensión: la mensajería. “El papel mensajeras no es secundario, es más bien primario, porque a vés de esta actividad los capos de la mafia, aun estando detenid continúan recibiendo información y, lo que es más grave, sigu dando órdenes y elaborando estrategias. Sin esta gestión la re ción entre jefes y organización se interrumpiría”, explica Pre no, quien resalta la importancia de contar con sistemas carcelar_ severos para impedir que los jefes de las organizaciones crimix les sigan operando.
Así, tanto Teresa Roccisano como Anna Maria Schirripa cuzi plían al pie de la letra con sus respectivas tareas.


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