Contacto en Italia Autor Cynthia Rodríguez Edición noviembre 2009 editorial debate El pacto entre Los Zetas y



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8 Contacto en Italia


La madrugada del 1° de abril, Stacy telefoneó a Anna Maria para avisarle que Giulio llegaría ese mismo día a Calabria y que alguien debía ir a recogerlo. En Nueva York era la 1:14 y en Italia eran las 7:14 de la mañana cuando Stacy daba los pormenores del vuelo en el que llegaría el menor de los Schirripa.
Giulio había decidido viajar primero a Canadá, y de ahí tomar un avión hacia Roma (no existen vuelos directos a Calabria). En la capital italiana abordaría el vuelo AZ1167 de Alitalia, cuyo itinerario señalaba las 13:30 como hora de llegada al aeropuerto de Lamezia Terme, provincia de Catanzaro.
Con esta información, los carabineros montaron un operativo en la terminal área desde la una de la tarde. Sin embargo la espera fue larga. El vuelo tuvo una demora de más de cinco horas, y llegó hasta las 18:20. Poco tiempo después del aterrizaje, Giulio apareció sólo con equipaje de mano, y se dirigió al lugar donde ya lo aguardaba su padre para llevarlo a Marina di Gioiosa lonica.
Varios hombres del Escuadrón de Cazadores de los carabineros de Calabria (algunos desde las montañas y otros en un helicóptero) observaron que los dos hombres abordaron un Alfa 147. Tomaron la autopista A-3, y. ahí condujeron durante una hora. Luego cambiaron de dirección hacia la vía Porticato, el camino directo hacia
su casa. Así, a las 20:05, padre e hijo llegaron por fin al núm de la calle Leggio, domicilio particular de los Schirripa en na di Giojosa lonica. Catorce minutos más tarde Giuljo se nicó Con su mujer.
Stacy: Hola.
Giulio: Sí, ¿qué pasa?
Stacy: ¿Ya estás allá?
Giulio: Acabo de llegar a casa.
Stacy: ¿Qué pasó?
Giulio: ¿Qué pasó? Te dije, tuvimos un retraso.
Stacy: ¿Tuvo un ataque al corazón?
Giulio: A ella le dio un ataque al corazón, sí, un infarto, o a1 por el estilo, en Canadá, y por eso nos tardamos.
Stacy: Ah...
Giulio: Después, ahí tuvimos que esperar tres horas para via de nuevo. ¿Qué podía hacer? Debíamos llegar a Roma a las 11:30 la mañana y llegamos a las 15:30.
Stacy: ¿Y avisaste allá para que no te esperaran?
Giulio: No, mi papá esperó seis horas en el aeropuerto.
Stacy: Oh, no...
Giulio: ¿Qué podía hacer? Acabamos de entrar en este momento.
Stacy: Bueno, ¿todo está bien?
Giulio: Sí, todo igual. ¿Y tú? ¿Saliste ayer?
Stacy: Sí.
Giulio: ¿Cómo están ellos? ¿Están bien?
Slacy: Sí, él me dijo: “estás bromeando, era esto, hiciste que me preocupara”, sabes cómo es...
Giulio: ¿Qué quieres decir con “era esto”?
Stacy: Pues él me dijo que tenía los otros.

De repente, Giulio interrumpió la conversación y le pidió a FStaceY que hablarán sobre ese tema después. Acordaron hablar al día siguiente.


El 2 de abril a las 15:45 horas, Vincenzo, quien se había quedado en Estados Unidos, llamó a la casa materna para buscar a Giulio y decirle que la noche anterior había hablado con Javier Guerrero, y que ya tenía sus “zapatos” (manera en la que se refieren varias veces a la droga).
En esos días, la DEA había informado a los agentes italianos que Javier Guerrero trabajaba para el mexicano José Cerda, un miembro del cártel del Golfo involucrado en un operativo en el que se habían incautado casi 650 kilos de mariguana. Junto con Cerda, en Nueva York colaboraban otros dos hombres llamados Santiago Maldonado y Mario Velázquez, quienes en marzo de 2008, siempre a través de Christopher Castellano, se habían reunido con los hermanos Schirripa. Los encuentros, según documentaron las autoridades de ambos países, se realizaron para negociar la compraventa de la cocaína.
Las investigaciones que la DEA había llevado a cabo con anterioridad lograron que el Operativo Solare se encuadrara no sólo en el Proyecto Reckoning —a través del cual se combatían principalmente células del cártel del Golfo en Estados Unidos—, sino también en Vértigo y Dos Equis.1 Estas dos operaciones se iniciaron en 2006 y aún siguen su curso en Estados Unidos, México, Colombia y Guatemala, bajo el mando de la agencia antidrogas y
De acuerdo con la información oficial con la que cuentan las autoridades italianas otorgada por la DEA, los operativos llamados Vértigo y Dos Equis se emprendieron para combatir al cártel del Golfo en Estados Unidos. Dos Equis fue destinado para atacar la célula de Miguel Treviño (también conocido como el Z-40), que según las autoridades norteamericanas podría disponer de 1 400 afiliados. Por otra parte, Vértigo fue concebido para acabar con la célula de Heriberto Lazcano Lazcano, quien es considerado el jefe de esta organización después de la detención de Osiel Cárdenas Guillén el 14 de marzo del 2003. Además, en México la PGR identifica a Lazcano como el líder de Los Zetas.

con la coordinación de las procuradurías de Dallas, San Antor Houston, Atlanta, Chicago, Detroit y Nueva York.2


El 4 de abril de 2008, Stacy, el contacto permanente con C. en Nueva York, le avisó a Giulio que por fin le enviaría algun paquetes, vía correo postal. Hasta ese momento no se había e cificado cuántos podrían ser. Asimismo necesitaban verificar c compañía les podía garantizar la entrega en dos días, y quead más ofreciera un servicio de rastreo vía internet. Los remiter del envío serían el mismo Giulio Schirripa y Stacy Ann Mii nica Margolies. En la lista de posibles destinatarios se encontraba Pasquale Schirripa, Teresa Roccisano, Carmela Schirripa (herni na de Pasquale), Anna Maria Schirripa, Maria Argiro. Esta úl era la esposa de Francesco Logozzo, por lo que también se inclu a Felice Logozzo, Manuele Logozzo y Giuseppe Logozzo.
De esta manera, se dio aviso a las autoridades aduanales c Estados Unidos, específicamente a la oficina conocida cc Immigration and Customs Enforcement (IcE), para que se inspec cionaran todos los envíos desde Nueva York a Reggio Calabrt Sin embargo, la tarea fue dificil porque Stacy no eligió a las empr sas de paquetería más conocidas.
Las investigaciones continuaron a través del monitoreo de l1a madas desde Italia. La tarde del 7 de abril, Teresa Roccisano llamó a Maria Argiro para decirle que había visto pasar una c neta del correo, pero que no se había detenido en la casa. Sin espe rar una respuesta, Teresa colgó para que Maria saliera a verificarlO A los cinco minutos, Maria le devolvió la llamada y le dijo c sí había pasado una camioneta blanca, pero que no había podido identificarla. Las mujeres temían que el personal del servicio exprés:
se hubiera ido por no haber encontrado la dirección, ya que en esa zona las calles no están debidamente señaladas.
2 “Expediente del Operativo Solare”, Procuraduría de la República / Reggio Calabria, p. 264.

En eso estaban, cuando Teresa observó que la camioneta regresaba, por lo que inmediatamente le pidió a Maria que saliera. A las 14:55 horas llegaron tres paquetes a casa de Maria Argiro. Cada uno Ofl un peso de 3.334 kilos. Diez kilos de cocaína divididos en tres partes iguales, según identificaron posteriormente las autoridades.


Quince minutos después de la anhelada llegada, Teresa le pidió a su hija Anna Maria, quien ya estaba al corriente de todo lo que pasaba que contactara a Pasquale Pugliese. Orden que acató inmediatamente hablando en clave: “Mi madre está enfermísima”, le dijo Anna Maria. “Ahora le llevo un médico”, contestó Pasquale.
Mientras Pasquale se dirigía a casa de los Schirripa, Giulio telefoneaba a Stacy para decirle: “La sangre le regresó al cuerpo a mi madre, todo está normal. Ahora dile a tu prima (refiriéndose a Chris) que mi mamá está bien y que en uno o dos días regreso. No tengo intenciones de quedarme más tiempo aquí”.
Más tarde Stacey le habló a Giulio para contarle la reacción que había tenido Christopher Castellano ante las nuevas noticias:
“El amigo quedó muy contento de lo que le mandaste decir”. Después la mujer le preguntó si ya tenía fecha de regreso, y Giulio le respondió que seguramente sería el miércoles.
Cuando todo parecía marchar convenientemente, poco tiempo después de que los Schirripa entregaron la cocaína a los Pugliese y a los Sansota, los problemas reaparecieron. Esos días fueron clave para las investigaciones. Massimiliano D’AngeloantofliO explica que las coscas devolvieron a los Schirripa uno de los tres paquetes porque aparentemente la droga no tenía la calidad que se esperaba.
“Nos dimos cuenta que eran de dos tipos de cocaína, tanto porque una de ellas logran venderla rapidísimo a sujetos ligados a la ‘Ndrangheta calabresa, mientras la otra parte también viene vendida, pero después se la regresan porque una vez que la probaron y analizaron, resukó que era de mala calidad”, afirma D’AngeloantoniO.

“Ese tipo, ci amigo de aquél (refiriéndose a Javier Guerrer nos dio un puño”, le dijo en clave Giulio a Stacy, quien había u tido mucho preguntando si todo iba bien.


La noche del 8 de abril, Teresa llamó a su hijo Vincenzo y’ dejó en la grabadora un mensaje que aludía a lo que sí habían lo do vender: “Ya es de noche... papá dice que mañana te r dinero, está todo bien, buenas noches, ciao”.
Por su parte, los carabineros seguían sus tareas de observ ción desde las laderas calabresas hacia el centro de operaciones los Schirripa, ubicado en la parte interna de Marina di Gioió lonica. Esta localidad se extiende en una pequeña área de 15. kilómetros cuadrados, y tiene una población de tan sólo 6 4 habitantes. Su tasa de desocupación es de 42 por ciento. Se tra de un sitio muy difícil de controlar. A pesar de no estar expues to, es un territorio fuertemente caracterizado por la presenc de la ‘Ndrangheta, por lo que nadie que no sea del lugar se p acercar sin ser reconocido inmediatamente como extraño. 1 por eso que las intervenciones telefónicas resultan fundamefl tales para las investigaciones, pues en Calabria, a diferencia c otras partes de Italia o del mundo, es prácticamente impo que algún agente encubierto opere con efectividad. De esta for ma, la labor de los carabineros se llevó a cabo a una distancia c casi dos kilómetros.
El 9 de abril, desde las montañas, el Escuadrón de Cazadore de los carabineros observó movimientos extraños en la casa de 1o Schirripa.
Ésta es la cronología del ROS de aquel día:
1 Según el “Reporte de la Dirección Investigativa Antimafia 1999” sobre la crí— minalidad organizada en las comunidades de Gioiosa lonica, Marina di Gioiosa loni— ca, San Giovanni di Gerace, Grotteria y Roccella lonica.
Esta cronología, que aquí se presenta resumida, se obtuvo del expediente del Operativo Solare y fue reportada el 9 de abril de 2008.

8:40 Teresa Roccisano sale de su casa y recoge algo oculto debajo del tapete de la entrada.


8:44 Giulio Schirripa sale de la casa y se dirige al establo que está atrás. Desde esa posición comienza a mirar alrededor.
10:00 Se estaciona de frente a la casa una camioneta de color blanco.
10:05 El chofer de la camioneta (identificado como Aldo Carmelo Bombardieri)5 y Giulio Schirripa se dirigen hacia el bosque que se ubica a la derecha de la casa.
10:10 Ambos regresan hacia la casa. Giulio Schirripa saca de la camioneta un trolley (maleta con rueditas) de color azul, y se dirige velozmente hacia el establo. Ya estando adentro, Giulio y el chofer se dilatan cerca de 20 minutos. Después de ese tiempo sale únicamente el chofer.
10:35 La camioneta deja la casa.
10:40 Giulio Schirripa y Pasquale Schirripa salen del establo ubicado al lado de la casa, y se dirigen hacia un carro Alfa Romeo Giulia estacionado en estado de abandono al lado derecho de la casa. Giulio deposita una bolsa de plástico en la cajuela del carro y después entran los dos en la casa.
10:50 Llega al domicilio, a bordo de un carro Citroén C3, una mujer (probablemente la hija de Pasquale Schirripa y Teresa Roc— cisano).

Las investigaciones del ROS de los carabineros señalan que Aldo Carmelo Bombardieri (nacido en Gioiosa lonica el 22 de junio de 1972) tenía antecedentes penales y lazos familiares con miembros de la mafia. Normalmente visitaba a personas ligadas con la cosca Aquino-Coluccio (una de las más poderosas de la zona), por ejemplo:


Giuseppe Sansotta, Giovanni Faranna (acusado por asociación mafiosa, portación in— debida de armas y tráfico de estupefacientes), Giuseppe Aquino (acusado por lavado de dinero), Domenico Aquino, Antonio Coluccio y Salvatore Coluccio. Todos ellos han sido identificados como miembros notables de la cosca Aquino-Coluccio. Asimismo, los carabineros apuntan que el tío de Aldo Carmelo, es decir, Mario Bombardieri, está casado con Elena Aquino, hija a su vez de Francesco Aquino y sobrina de Salvatore Aquino, quien fue identificado como el jefe de dicha cosca y actualmente está detenido. La cuñada de Mario Bombardieri, es decir, Maria Annunziata Englen, está emparentada con Carmelo Bruzzese (prófugo de la justicia) y con Giuseppe Coluccio, capturado en agosto de 2008 en la ciudad de Toronto.

11:20 Llega al domicilio un hombre (sin identificar) en un c (sin identificar). El hombre baja del carro y entra en el establo qu ubica a lado de la casa. Después espera a que Giulio Schirripa reç ja del carro Alfa Romeo Giulia abandonado la bolsa que anteri mente había dejado.


11:40 El hombre sin identificar sale del establo sacudiénd(
las manos. Inmediatamente después Giulio se dirige a la casa, i
después salir con una hoja de aluminio (aproximadamente de 2(
20 centímetros). Después Giulio se dirige al establo y entra. Posi
riormente el hombre no identificado sale y aborda su vehículo.
observa toda la familia: Pasquale Schirripa, Teresa Roccisano, C
ho y Anna Maria Schirripa.
11:45 Giulio Schirripa sale del establo y repone en el A Romeo Giulia la bolsa que antes había sacado.
12:32 Llega al domicilio un carro Toyota Yaris de color azul osc ro y a bordo dos mujeres que se entretienen con Teresa una 1
13:58 Llega nuevamente al domicilio el mismo hombre no id tificado en el mismo carro. Sale del carro dirigiéndose a la casa 1 mando por teléfono. Antes de entrar se queda algunos minutos fue en lo que termina la llamada, termina la conversación y entra en casa con Giulio Schirripa. El padre, Pasquale Schirripa, se quec afuera observando a su alrededor.
14:15 Giulio Schirripa sale de casa y se dirige nuevamente alt Romeo Giulia, abre la cajuela y revisa el interior. Cierra la cajuela entra en el establo con el hombre no identificado.
14:18 El mismo hombre abandona el domicilio de los Schirri a bordo de su carro.
14:25 Giulio Schirripa regresa al Alfa Romeo Giuhia, toma bolsa que había dejado en la cajuela y regresa al establo junto co su padre.
14:30 Giulio Schirripa sale del establo y se dirige nuevamefl1 te al Alfa Romeo Giuhia con la bolsa (cuyo volumen parece menor respecto al que se había observado antes) oculta en la espalda, para finalmente volver a ponerla en la cajuela del carro.

Con este ejercicio de observación, como primer punto, los carabineros se dieron cuenta de que Aldo Carmelo Bombardieri les había regresado a los Schirripa un paquete de cocaína. Para verificarlo, durante la madrugada entre el 9 y 10 de abril, el escuadrón que trabajaba en el caso decidió infiltrarse en la zona y abrir el Alfa Romeo Giulia que estaba al lado de la casa de los Schirripa.


Sin embargo, para su sorpresa, la bolsa con cocaína ya no se encontraba en la cajuela. Entonces, la tarea consistió saber dónde estaba y en manos de quién había ido a parar.
A las 14:43 del 9 de abril, las autoridades habían registrado otra llamada entre Giulio y Stacy, quien esperaba con ansiedad que su pareja le informara sobre el depósito de dinero por los paquetes que había enviado.
Stacy: ¿Qué está sucediendo?
Giulio: Todavía está todo como ayer.
Stacy: ¿Estás bromeando?
Giulio: Así es.
Stacy: No he podido cerrar los ojos en toda la noche.
Giulio: ¿Y qué quieres hacer? Así es. Ya lo sé, pero...
Stacy: Pero ¿por qué?
Giulio: Mira, Sté [Stacy], por favor.
Stacy: Quiero decir...
Giulio: Es un sistema diferente aquí, ya déjalo.
Stacy: ¿Ahora qué sucede?
Giulio: Vamos a ver, no lo sé.
Stacy: ¿No lo sabes?
Giulio: Todavía estoy aquí. No sé nada. Estoy aquí y cuando todo vaya mejor o cualquier otra cosa, me regreso a casa, ¿ok?
Giulio ya no quería continuar la llamada e hizo varios intentos por colgar, pero su mujer insistía en seguir hablando con él.

Stacy: ¿Ahora qué debo hacer?
Giulio: ¿Perdón?
Stacy: Me debes mandar el dinero. Necesito que me manc el dinero.
Giulio: Sí, mañana temprano voy al banco. Iré a Marina Gioiosa lonica para ver si tengo una cuenta abierta ahí en cu quier parte, ¿está bien?
Stacy: No es gracioso.
Giulio: No, no, mañana haré justo esto. Veré si quizá en el ba co me conocen.
Stacy: No es gracioso, ¿ahora qué hago?
Giulio: No sé que es lo que tú debes hacer, debo ver lo que y tengo que hacer, porque yo soy el responsable, ¿lo entiendes?
Stacy: ¿Cómo que eres responsable?
Giulio: Porque soy el responsable. ¿Qué le vas a decir al tir [Javier Guerrero] ahora?
Stacy: Me debes llamar y hablar.
La conversación se interrumpió. Stacy esperó un tiempo. 1 ver que no recibía otra llamada, ella misma marcó a la casa de Schirripa a las 17:12 horas. Giulio ya no estaba. Teresa Roccisanc le informó que Giulio había ido a ver a unas personas, también explicó que la situación seguía igual y que su hijo estaba muy ocupado: “Está como un diablo”, le dijo Teresa.
A las 18:17, Giulio regresó a su casa y le llamó a Stacy.
Giulio: ¿Me llamaste? ¿Qué pasó?
Stacy: Quiero saber qué está sucediendo allá. Él (refiriéndo- a Christopher Castellano) me sigue llamando, pero yo no res
Giulio: Nada, nada todavía, no sé nada. ¿Qué quieres? Stacy: No lo sé, me siento angustiada otra vez.

Giulio: No puedo hacer nada, estoy esperando una respuesta esta noche, si me responden que no, la respuesta es no. Así, no hay más a quien pedir.
Stacy: Tu mamá dijo que fuiste a ver a alguien.
Giulio: Fui a ver a alguien, sí... ¿quieres saber quién era? ¿El nombre, la dirección?
Stacy: No lo tomes contra mí.
Giulio: ¿Qué quieres saber? Dime.
Stacy: ¿Estoy evitando tus llamadas?
Giulio: Puedes contestar, puedes contestar las llamadas, puedes escuchar si quieres... en lugar de un Ferrari es una jodida Fiat (refiriéndose a la calidad de la droga).
Stacy: Sí, que...
Giulio: No sé nada todavía, me deben dar una respuesta y no será esta noche... después sobre lo que quieren hacer... tomar un avión y el otro tipo venir aquí. ¿Qué te puedo decir? ¿Qué quieres hacer?
Stacy: Le digo eso de la Fiat, ¿verdad? Porque después seguramente le pega.
Giulio: Se lo puedes decir esta noche, si quieres... él sabe lo que nos ha dado, por favor.
Stacy: Ah, ¿sí? Pero tú habías dicho que ustedes dos.
Giulio: Sí, pero... él sabe lo que está sucediendo, tampoco se puede hacer el tonto. O sí, que tome el avión y venga [...] He intentado hacer lo mejor que puedo, pero nada va bien, ya dije que quiero vender a mitad de precio, quiero irme de aquí, pero dijeron que ni siquiera eso.
Stacy: Pero no entiendo, si era.
Giulio: Sté, vamos, te llamo esta noche, ¿está bien? Estoy intentando hacer lo mejor, ¿está bien?
Stacy: Sé que tú lo haces.
Giulio: Éste es el compadre, mi tío y el padrino del niño, y

tú sabes que ninguno quiere robar nada a ninguno, entiende.


pides una cosa y después de esta parte, la historia es muy diferen te. El tipo sabía lo que estaba haciendo, no te preocupes, que ( muy inteligente.
Stacy: ¿Y de quién es la culpa?
Giulio: La culpa es mía.
Stacy: La culpa es de los dos, de ustedes dos.
Giulio: Ok, ya. No te puedo decir nada, no sé verdaderamen. te nada. Esta noche te digo que no sé nada.
Stacy: Ok, ciao.
Giulio: Ciao.
Para los investigadores, las siguientes conversaciones revelans que, además de que los Schirripa seguían sin poder vender la cocaí_1 na devuelta, se habían ganado una mala reputación en cuestión de, horas. En otra conversación, nuevamente entre Stacy y Giulio, 1o anterior queda más claro.
Stacy: Ya hablé con él [Christopher Castellanoj, se lo comen— té [la mala calidad de la droga], y me dijo que les dirá, pero que. lo iban a pensar.
Giulio: No hay nada que pensar, pueden tomar el avión y venir acá. Cualquier persona que quiera tomar un avión y venir, lo puede hacer, cualquier persona, ¿entiendes lo que te estoy diciendo? Voy yo a Lamezia y se ios pago, no me importa. Pero no es así. Ellos sabían lo que estaban haciendo. ¡Es mierda! No es una sola persona (refiriéndose a quienes esperaban la mercancía), son 20 personas, 20 personas de mi pueblo. Y ya todos dijeron la misma mierda. Antes no había tenido problemas, ¿cierto? Tú lo sabes mejor que yo, en cinco años jamás tuve un problema, y no sólo yo, la gente de 60 años pregunta por mí, por mí que estoy lleno de mierda, no bromeo con este tipo de negocios.

Stacy: Pero no entiendo.
Giulio: Si te digo una cosa es así. ¿Sabes lo que me dijeron? “Si debo darte 500 dólares por cada uno, no te los doy porque ¡es mierda!” Vamos, ¿por qué tengo que tener una cara de mierda en mi propio pueblo? Ni siquiera quiero salir a caminar así, porque no se me quieren acercar más. Yo no había hecho cosas de ese tipo en toda mi vida. El tipo trajo mierda, cien por ciento de mierda, se merece que lo maten, eso fue lo que me dijo mi tío: “Debes dispararle en la cabeza”.
En otra parte de la conversación Giulio asegura que la gente del pueblo le ha dicho que debería sentirse avergonzado por haberles hecho eso, y no nada más a ellos, sino a personas que tuvieron que viajar tres horas en coche.
Al día siguiente, Stacy volvió a llamar a Giulio para pedirle que fuera él mismo quien hablara con Christopber Castellano, pues tenía la sensación de que no le creía. Ella seguía preguntando por el dinero que le exigían y él seguía contestando que no tenía y que nadie le quería prestar.
En ese momento, Giulio prácticamente había perdido la esperanza de que sus contactos pudieran vender la cocaína que había resultado de pésima calidad; además, cada minuto que pasaba se sentía más desesperado por la presión que sus distribuidores en Estados Unidos estaban ejerciendo a través de su mujer.
A las 19:13 horas, Giulio marcó el teléfono que Stacy le dio para hablar con Chris.
Chris: ¿Hola? ¿Hola?
Giulio: Sí, perdóname, tengo un pequeño problema con mi teléfono, no agarra la línea aquí.
Chris: ¿Qué intenciones tienes con estas personas?
Giulio: No sé qué diablos debo hacer, Chris. Me encontré en

tu casa con aquel y los dos míos, nos encontramos en tu casa, és es la única cosa que tengo, no tengo más. Por todos lados, ni guno quiere ni siquiera una parte (refiriéndose al cargo de dro que tenía en posesión).


Chris: ¿Sabes qué? No deberíamos haberla agarrado, pero 1 hicimos.
Giulio: Sí, lo sé, lo sé.
Chris: Si la agarramos, es nuestra.
Giulio: Entiendo, no diré que no, entiendo que es culpa mi no estoy tratando de engañar a nadie, porque...
Chrís: Es toda una maldita cadena. Escucha, tenemos un marea de gente aquí esperando (se refiere a que él debe entrega cuentas no sólo a Guerrero sino también a los otros).
Giulio: Esta mierda, que he rebajado hasta 20 o 25 (refiriéndo se al precio), nada, ninguno la quiere.
Chris: Escucha, debiste haber sabido cómo hacerlo al revés, as gurarte, sabes a qué me refiero.
Giulio: Sí.
Chrís: ¿Sabes cómo debiste haberlo hecho?
Giulio: Escucha, aquí, estos malditos la “cocinan” (refiriéndos al modo en que la gente del lugar prueba la calidad de la droga ari de adquirirla) una por una, cero, nada, ni siquiera uno solo.
Chris: Está bien, pero ¿qué hacemos con estas personas? Ellos no quieren escuchar estas pendejadas. Sabes que una vez que 1 agarramos, es nuestra.
Giulio: Entiendo, pero no sé cómo, cómo, qué puedo hacer, Estoy buscando.
Chris: ¿Cuándo regresas?
Giulio: Puedo ir el domingo, estaba esperando nada más para ver si podía hacer algo con esto.
Chris: Si dejas esa cosa allá, pensarán que nos los chingamos. Te lo digo en serio.

Giulio: Pero no puedo, no.
Chris: Regrésala bro, regrésala. Escucha, escucha, no estarán felices de tenerla de nuevo otra vez, pero al menos así pueden estar seguros de que la tenemos nosotros y que no se las robamos. ¿Qué nos queda?
Giulio: Hago un pick up para el tipo, lo traes aquí, si él quiere, no sé. ¿Qué puedo hacer? Todo está como me lo ha dado, todo... tal como me lo ha dado.
Chris: Debemos pagar nosotros, eso lo sabes.
Giulio: Lo entiendo. Nosotros somos responsables por esto, lo sé, no puedo ni siquiera agarrar un dólar por esto, no puedo agarrar nada. Cero.
Chris: Escucha, si la dejas allá parecerá que somos culpables, que nos los chingamos.
Giulio: Aquí no tengo un sistema como el que tengo allá. No puedo hacer nada al respecto.
Chris: ¿Y qué haces ahora?
Giulio: No me importa, tú me entiendes.
Chris: Escucha, debemos continuar trabajando con ellos, porque tienen mucha de esta cosa, y yo tengo otro muchacho, éste me llama hoy, después todavía trabajamos, pero debemos recuperar esta cosa... esto es horrible (se refiere a la situación que se ha creado).
Giulio: Pero, ¿crees que yo quiero cuentear a alguno? Esto es horrible.
Chris: Tenemos una deuda, les debemos dinero.
Giulio: Lo entiendo. He intentado conseguir 50, 60, algo, sólo para cubrir un poco, pero no puedo tener nada de nada. No quieren para nada. ¿Sabes qué cosa ha dicho mi tío? Me dijo: “Haz una bolsa, recupera esto antes de que te metas en problemas”. Escúchame bien, él no quiere hacer ni siquiera una parte de esto.
Chris: Déjame decirte una cosa, no me parecía mal, ni siquiera a ti.

Giulio: En el momento en que se cocina sale un nada. Al ojc parece ser buena, le han metido algo para hacerla parecer buena bonita, pero cuando se cocina, porque eso es lo que hacen aq pues viene nada.
Chris: ¿Y de los otros dos que te llevé?
Giulio: Los otros estaban bien, estaban bien, sin problema.
Chris: Estaba bien, ése. 1
Giulio: Sí. He ganado monedas. El problema es éste, que debc darle a él 25000, ¿me entiendes?
Chris: Sí, pero escúchame.
Giulio: No agarremos ni siquiera un dólar por todo esto, nada.

Cero.


dos.

Chris: ¿Cuánto agarramos por las otras dos, las otras dos? Giulio: He ganado aquello que tú sabes, Chris, por las otras

Chris: Regrésala, va pa’trás.
Giulio: Debo, Chris.
Chris: Estoy diciendo que si tienes el dinero.
Giulio: Perdóname, no te escucho bien, ¿qué dices?
Chris: Te dije que ya has ganado dinero con las otras dos, ¿cierto? Las otras dos eran buenas, ¿sí?
Giulio: Sí. Las dos que traje yo eran buenas. Todo bien. Pero todo lo que ganemos con ésta es... para la cosa ésta (se refiere a que la ganancia por la venta del estupefaciente bueno serviría para cubrir las deudas).
Chris: Escucha, tengamos ese dinero, tú y yo. Debemos tener el dinero tú y yo. Debemos hacer algo con éstos. Debes regresar y tenemos que hablar con ellos, todo aquí [Castellano trata de convencerlo de no cubrir las deudas, sino invertirlo de inmediato en una nueva importación].
Giulio: Pero, ¿cómo hago con el tipo? Debo también pagar al tipo con el dinero de los dos.

Chris: Pagas al tipo con el de los dos, pero todavía tenemos la ganancia de las dos, ¿cierto?
Giulio: Sí, sí, sí. Lo hice el lunes, ya lo he hecho desde el lunes [7 de abril, día en que llegó el estupefaciente].
Chris: Mira, la ganancia de los dos es nuestra. Tengámosla nosotros. Porque ellos están sin dinero y también tú estás sin dinero.
Giulio: No tengo ningún problema con eso. Te dije que te metía adentro, que te metía adentro.
Chris: Escúchame. Tengámoslo nosotros porque estamos los dos sin dinero, pero debemos sentarnos con el tipo y hablarle de las cosas y tratar de convencerlo que la maldita cosa no era buena y que debemos hacer cualquier cosa para mejorar la situación. ¿Pero sabes una cosa? Apúrate y te regresas aquí. Podemos aclarar las cosas con ellos [con los mexicanos], pero ellos también tienen que trabajar con nosotros, porque no podemos agarrar toda la responsabilidad de los 120 kilos enteros.
Giulio: Cualquier cosa que ellos quieran hacer, estoy aquí. Si quiere venir aquí, le preparo yo el boleto del avión. Él quiere su cosa, si quiere sus cosas, todo está escondido en un lugar seguro, porque no está bien para ninguno. Cero.
Chris: Se lo diré esta noche. Escúchame, aquí hay bastante trabajo para ti y para mí.
Giulio: Lo entiendo.
Chrjs: Pero debemos hacer las cosas de manera diferente de ahora en adelante. Lo tenemos que hacer de otra forma.
Giulio: Entiendo lo que estás diciendo. Tengo también uno de aquí que me dice que puede volar conmigo (se refiere a Pasquale Pugliese, quien efectivamente después habría viajado a Estados Unidos para probar el estupefaciente), y él hace estas cosas aquí, él en persona verá las cosas y en el momento en el que él vea la cosa, el día después tendrás el dinero para la cosa, pero, debe ser.

CONTACTO EN ITALIA
¿Sabes, Chris? Como trabajo yo, nunca he tenido problemas. S una vez, una vez tuvimos un problema.
Chris: Entiendo lo que estás diciendo, pero tenemos que ac rar una cosa. Tenemos que controlarlo de la manera justa de a ra en adelante.
Giulio: No tengo problemas con esto. Chris, tú me conoc no estoy tratando de chingar a nadie.
Chris: Hazme un favor. Regresa aquí y habla con estas pei nas. De todas formas yo les hablo esta noche. Ya hablé con ayer en la noche y están muy enojados. Pero ¿sabes? Podemos res verlo todo. Regresa rápido.
Giulio: ¿Crees que él no sabe que entregó la cosa de mie Porque él sabe aquello que ha entregado, Chris.
Chris: Pero sabes... digámoslo, digámoslo, bro. ¿Y sabes q nos dirá ése? “Por qué no la regresaron?”
Giulio: Él puede decir eso, pero yo también quiero decir cosa. Nosotros somos responsables de esto, pero le diré que pagana por la cosa, pero se lo digo rápido, la maldita cosa no vale ni siqui ra un dólar y medio, y él sabe lo que me ha dado. Hay gente a
Chris: Giulio, escúchame, no te preocupes, no te preocupes.i estás diciendo la verdad, no te preocupes, hablemos con el tipo encontramos una solución. Pero al menos regresa con un poco dinero de los otros dos [paquetes] para mí y para ti.
Giulio: Ya te dije que eso ya está hecho. Chris, no quiero habk. de esto, debo acabar las cosas mañana por la mañana, compro boleto y regreso, se acabó.
Chris: Está bien, y después vamos a ver a éstos (se refiere a lo distribuidores de la droga). Se acabó.
Giulio: Está bien.
Chris: Tengo a otro amigo que está listo para comenzar.
Giulio: No hay problema, Chris, regreso a casa y no te preoCw pes. Hablemos en persona, ¿ok?

Chris: Está bien.
Giulio: Ciao.
Chris: Ciao.
Sin embargo, en el transcurso de unas cuantas horas, los plaries de Giulio y Christopher cambiarían.


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